domingo, 31 de julio de 2011

Porque así somos...

Porque así somos, enfermos, dementes, locos, sin sentido...
Porque no existen explicaciones lógicas ni motivos, solo sensación de libertad

Anoche tuve un sueño del cual no quería despertar, soñé con Ulladulla, es una playa en la costa este, en el estado de New South Wales, australiana en donde existen algunas de las mejores olas del mundo, soñé que me encontraba al borde de la playa con mi tabla bajo el brazo, juntando un poco de aire para lazarme a surfear sobre esas olas. Solo unos pocos atrevidos se animan a tomar su tabla y remar mar adentro enfrentando las temibles olas. Sin sentir dudas, miedos, ni pensamientos me lanzo al mar con gran entusiasmo, pero nada es fácil en las costas australianas, para poder llegar al punto donde quiero comenzar debo enfrentar grandes obstáculos, nadie dijo que sería fácil brasear contra la gran marea que ola tras ola intenta sacarme, sin mencionar los tiburones que se encuentran al acecho de cualquiera que pierda el equilibrio sobre su tabla, los grandes corales filosos como navajas que se encuentra bajo cada rompiente o tantos otros peligros inimaginables como las avispas de mar que con solo rozarte la piel podrían matarte. Quizás la mayoría piense cual es el motivo de tanto esfuerzo, de tanto riesgo, tanto peligro, pero pocos pueden describir las sensaciones de haber llegado detrás de la rompiente, sentir la calma, tomar esa ola que uno quiere y que al verla sientes que el corazón se saldrá fuera de tu pecho, y al llegar el momento la montas y la llevas hasta el final, hasta el último momento, sin abandonarla, hasta el último instante en que pierda la fuerzas, y muera en la rompiente, y aun así seguirás con ella, lo más que puedas, hasta el final, sin abandonarla, hasta que no quede nada de ella. Es difícil comprender para algunos el esfuerzo sobre todo sabiendo que al final tendrás que comenzar nuevamente, pero con los brazos cansados miro hacia atrás nuevamente y me dispongo a enfrentar todo una vez más.
Entre sueños escucho la alarma de mi despertador, pero no quiero despertar, no quiero abrir mis ojos y mirarme solo en mi habitación, solo quiero seguir soñando, y con los brazos cansados seguir remando para alcanzar esas olas una vez más

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